El mar siempre es una fuente de inspiración.
Si te quedas mirándolo y escuchándolo por un rato se te llena la cabeza de historias, ¿te pasa lo mismo?. Además, esas historias son muy distintas según la hora del día en la que te encuentras. Mi momento favorito, sin duda es el atardecer, cuando se despiden los últimos rayos de sol y aparece la primera luz de la noche, todavía acompañada de claridad. La luz y los colores del mar y el cielo evocan historias melancólicas y apacibles.
Me gusta dejarme llevar por esas historias ficticias e incluso convertir algunas de ellas en sesiones fotográficas y, ahora que se va acercando el verano mi mente se dispara pensando en el mar y en las historias que contaremos juntos.
En este caso, Carmen y Lucía esperan que el mar les devuelva a alguien que hace tiempo que se fue y aún no ha regresado…
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