Es víspera de Navidad y toca ponerse el delantal y cocinar unas aromáticas y deliciosas galletas de jengibre.
Aunque, son unas galletas un poco mágicas que se cocinan enseguida, hemos pasado un ratito muy divertido haciendo la masa, cortándolas con los moldes y decorándolas con el glaseado. Todo ha salido a pedir de boca.
Esta es la parte divertida, la de capturar los momentos mientras ellos y ellas disfrutan. Luego, viene la parte más personal, la de preparar las fotos para su entrega. Esta, aunque es más monótona y, a veces, tediosa, también tiene su encanto ya que es el momento de decidir cómo quieres que sea el resultado final, según tu visión personal, y ver cómo todo se va transformando hasta darle forma.
Finalmente, llegan los resultados y es hora de empaquetarlos (con mucha ilusión) y entregarlos (con mucha más).
y ¡Listo!, un año más has cumplido un sueño, el de darle forma a tus pensamientos y transformarlos en recuerdos.
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